Sube un 45% la demanda de ayuda profesional por alcoholismo
El Grupo de Enfermos Alcohólicos Recuperados Abulenses (Geara) atiende una cifra de pacientes «récord» que, además, coincide con las dificultades económicas que atraviesa
En una sociedad que normaliza el consumo de alcohol y lo identifica con el tiempo de ocio, quienes acaban cayendo en la dependencia no son precisamente «personas sin hogar que duermen en la calle y pasan el día tiradas en un banco con un cartón de
vino», sino el del abulense de a pie, «gente como tú y como yo, que tienen su familia, su vida profesional normalizada y que, además, tienen un nivel cultural cada vez más alto», advierte Maite Martín, trabajadora social y coordinadora del Grupo de Enfermos Alcohólicos Recuperados Abulenses (Geara). «En treinta y un años que llevo trabajando aquí, habré atendido a no más de diez personas que responden a ese estereotipo de alcohólico tirado en la calle, el resto son personas normales, de todo tipo de profesiones», afirma.
Hoy por hoy, los grupos de terapia que ofrece Geara como parte esencial del programa de apoyo y asistencia terapéutica para el enfermo alcohólico y sus familias, «dirigidos siempre a conseguir mantener la abstinencia de alcohol», están desbordados. «Tenemos 35 personas por grupo, es una barbaridad, no son aconsejables grupos de terapia tan numerosos, pero es que no nos queda más remedio porque el personal de Geara es limitado por falta de más recursos -psicóloga y trabajadora social- y, sin embargo, la demanda que recibimos es cada vez más elevada», revela Martín.
Prueba de ello es que hoy Geara está ayudando a salir del pozo del alcohol a 145 personas, «un 45% más que hace un año», destaca. Y a estos usuarios hay que sumar «los que siguen viniendo al tratamiento continuado que mantenemos durante tres años, tanto para el enfermo como para su familia, con lo cual el volumen de pacientes de Geara es importante a pesar de que el equipo técnico es el mismo, de modo que a pesar de nuestro esfuerzo tenemos muchas limitaciones», admite la coordinadora de Geara, que acumula dos años de récord de pacientes en sus más de tres décadas de andadura.
Cuando una persona pide ayuda profesional para dejar de depender del alcohol no suele hacerlo por iniciativa propia, sino «forzados por una situación familiar, laboral o de salud en el 90% de los casos», sin embargo «la persona es completamente consciente de que tiene un problema con el alcohol, lo que ocurre es que lo minimiza o busca excusas para justificarse», explica.
Así es que una vez que entra en la sede de Geara, buena parte del trabajo inicial del equipo técnico será tratar de motivarles «para que reconozcan el problema que tienen con el alcohol e iniciar el tratamiento con nosotros para poder trabajar la abstinencia de bebidas alcohólicas», detalla.
Aunque la edad media de los alcohólicos que acuden a Geara está entre 40 y 42 años, lo cierto es que sus pacientes llegan cada vez más jóvenes debido, en buena medida, a que la edad de inicio en el consumo de alcohol «es cada vez más temprana, inferior a 14 años», lo que representa un problema social grave ante el que hay que levantar la voz porque «está prohibido vender alcohol a menores de 18 años y, sin embargo, los niños de 11, 12, 13 y 14 están consumiéndolo porque se les está facilitando, lo que indica que algo está fallando y que es responsabilidad de todos», destaca la coordinadora de Geara.
Precisamente, hoy arranca la Semana sin Alcohol, que concluye el viernes con la lectura de un manifiesto en el centro de Ávila en el que, precisamente, se abordará este asunto. «Creemos que es necesario implicar a los padres para evitar que nuestros jóvenes debuten tan pronto en el consumo de alcohol teniendo en cuenta las nefastas consuencias que tiene que beba un adolescentes que no ha alcanzado ni su madurez física ni emocional», alerta. «Los padres tenemos que hablar con nuestros hijos de esto», reivindica Maite Martín.
Entre los alcohólicos a los que Geara trata de ayudar a salir de la dependencia hay chavales, de ahí que disponga de un programa específico destinado a jóvenes de 18 a 36 años en el que otras personas de esa franja de edad que han conseguido superar la adicción ayudan a otras en ese proceso a través del acompañamiento que brinda quien ya ha pasado por ahí. «Llevamos ofreciendo este programa desde el año 2018 con bastante éxito, tratando de implicar a los jóvenes en la abstinencia al alcohol para aquellos que ya han generado esa dependencia y en el que ahora mismo tenemos catorce usuarios», apunta.
Fuente: Diario de Ávila. (11/11/2024).